Curiosidades del Principe de Gales
Al llegar el príncipe a Chile, se le regaló un pequeño libro en el que aparte de darle la bienvenida a nuestro país y elevarlo a la altura de un semidiós, se detallaba la importancia y el aporte de los británicos a nuestro desarrollo como país, especialmente centrado en la región de Valparaíso.
El Príncipe se relacionaba fácilmente y hablaba bien castellano. Era simpático, pero mantenía distancia. En una recepción en el Club de Viña un señor enfiestado, de los que no faltan en Chile, le dijo:
- ¿Sabe usted que somos medio parientes?
Eduardo, rápido, respondió:
- El Rey de Inglaterra no tiene parientes...
Como un buen británico, en las fiestas y reuniones, un sequito siempre lo escoltaba con una bandeja de plata en la cual destacaba un vaso, hielo y una botella de exclusivo whisky(la cual era patrocinado por él mismo), que era frecuentemente vaciada.
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